Degustar el chocolate consiste en experimentar, analizar y apreciar sus
características organolépticas con los cinco
sentidos. Es importante recordar que la
temperatura y
humedad del
ambiente pueden repercutir en la degustación.
Un buen chocolate tendrá un
color
marrón muy oscuro y brillante, uniforme, sin ningún tipo de mácula, burbujas o
hendiduras.
El
tacto debe ser firme, nunca
pegajoso, y, al partirlo, debe ofrecer una resistencia mínima; si al partirlo
forma astillas, está demasiado seco; y si es difícil de partir está muy ceroso.
En
boca, la
disolución será fácil, continuada y completa,
esto es, sin rastro alguno de granulosidades.
Al partirlo, el
sonido debe ser seco,
pero quebradizo.
Se tendrán en cuenta la olfacción directa y la indirecta (por vía
retronasal).
El
sabor debe ser básicamente
amargo con un punto de
acidez y de
dulzor, y después pueden haber toques de
piña,
plátano,
vainilla,
canela,
azafrán, etc.
Aunque para disfrutar de un verdadero chocolate, es necesario manipular en
esencia semilla de cacao con margenes equilibrados de azúcar, esto no sucede con
el chocolate que se conoce comúnmente, ya que todo el chocolate se industrializa
a modo de separar manteca y pasta de cacao. Con eso se modifica el sabor y
también la calidad. Un buen chocolate es aquel que en esencia de ingredientes
está hecho a base de cacao sin modificar sus sustancias naturales. El chocolate
artesanal es un buen ejemplo.
bibliografia:
www.wikkipedia.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario